A mis amigas

Escribamos con tinta china en un gran lienzo
los años, los días, las horas y los segundos
los momentos felices que hemos pasado
cuando la multitud se reduce a nada
y la nada lo es todo.
Lloramos con las mismas películas
nos regalamos algunos acordes
y luego comemos pastel.
Gastamos palabras y nos sentimos bien
compartimos algunos vasos de bebida y golosinas
nos reímos
¡Hasta gritamos sin darnos cuenta!
¿Qué habrá en todo aquello?
somos como aves volando
dueñas del cielo
e incluso de donde aterrizamos
tenemos nuestro dialecto
nuestro lugar
el espacio psicológico alejado de la rutina.
Somos afortunadas
cada una aportando su color
su letra
sus formas
esas figuras abstractas a la que tanto le damos valor
y que en conjunto se reduce a una palabra
es tanto que ni el diccionario puede describirlo.
Día tras día las personas vamos formando ese vocablo
no nos damos cuenta pero allí está
mientras el tiempo transcurre frío en la cuidad.