Escaleras pintadas de azul guardando una historia, están apiladas en el jardín por alguna razón que desconosco. El olor a tierra mojada penetra en mi, me trae recuerdos, bebo un poco de agua y me siento al costado de las escaleras. Estoy esperando que ellas cambien de color, he oido que los veranos las escaleras cambian de color y que también se mueven por si mismas. La historia cuenta que ellas se mueven para formar una gran escalera. Saco de mi bolso una barra de chocolate que he comprado en un almacén cerca de aquí, abro el envase y me como el chocolate con calma. El sol me a dejado algo adormilada, me recuesto en el pasto y cierro los ojos.
He tenido un sueño bastante extraño, algo que no podría describir fácilmente, sentí que me hundía en la tierra y me convertía en una especie de insecto al que le apetecía cazar a otro para comérselo, diría que fue un sueño muy real, como si se tratase de una vivencia reprimida en mi subconsciente. Recostada miro a mi alrededor, enseguida me doy cuenta que las escaleras azules no están, no sé como ellas lograron moverse sin que yo lo percibiera. Me levanto poco a poco, miro mis manos bañadas en pintura azul, no lo entiendo, no sé como llegó la pintura a mis manos, estoy dudando de la realidad.
Me faltan indicios para entender lo que ha sucedido aquí, el jardín no es muy grande y es seguro, nadie pudo haber entrado, hurtado las escaleras y empaparme las manos de pintura azul, además el sueño es algo que ni Freud podría decifrar, hay algo más allá del sueño y del subconsciente, lo sé, no lo he visto, pero lo siento.
De la nada, comienzan a salir larvas del suelo, tengo el impulso de metérmelas a la boca, es asqueroso e ilógico, sin embargo lo hago, saben muy bien, diría que es lo mejor que he probado en mi vida. Cuando termino, miro al cielo para comprobar si el sol sigue en la misma posición, pero este ha cambiado, ya se está escondiendo. La luz ha disminuido considerablemente, estoy cansada, necesito dormir, las imágenes me dan vueltas, mi cabeza esta muy pesada, me recuesto, mis párpados se cierran.
Vuelvo a despertar y lo primero que veo son las escaleras azules, en la misma posición que la primera vez, todo el jardín esta intacto como si el tiempo no transcurriera allí, como si alguien manejara el tiempo a su antojo y me hubiese puesto en su siniestro experimento.
Intento salir del jardín y cuando lo consigo me encuentro con miles de escaleras azules transitando por el centro de la cuidad, reemplazando a las personas, es aterrador pensar que las personas se han convertido en escaleras como una vía para tocar el cielo, no sé si esto será real, pero no tengo otra manera para explicarlo.
Sólo quería ver un fenómeno veraniego y termine hundiéndome en la tierra comiendo larvas, viendo escaleras azules, que en ningún momento cambiaron de color.
Estoy angustiada dentro del jardín que me embrujó con su belleza y seguridad a prueba de cosas inexplicables que suceden fuera de aquí. Con todo lo que he visto prefiero no saber nada más o por lo menos hasta que algún día una persona normal logre burlarse de la seguridad del jardín y me rescate del imperio de escaleras que me dominan.
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