Estoy orgullosa de lo incierto,
De los desaciertos,
De los cabellos tomados
Y de las bajas de presión.
No hace nada más que encender un cigarrillo,
Una pipa, con un pan amasado
Y con los ojos embetunados de sigilo
Como espía rogándole al sol para que se vaya
Le propinaba matillazos al canto enaltecido
Por el viejo susurro agrietado y en llamas.
De palo y al agua,
El crater silenciado por otras fumarolas
Maldecido y floreado
Que no descanza flotando en piedra,
Que responde cosas increibles
Cuando le ponen papa cocida en frente
Y si de cocinar se trata
Le pone ají, pimentón con un poquito de laurel
Para enfatizar su ausencia relativa de la mesa.
Sin discursos, ni sorteos, ni rodeos para hablarle
Me dirijo a sólo un hispanoparlante
Que no me da la oportunidad para amarle
En las vueltas negras de la vida.
Con papel crepé ha iniciado una carrera
Premiada por los alcances historicos.
Contra las parcelas y las numerosas sopas
Se encuentra con las zapatillitas embarradas
De un niñito que jamás volvió.
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