Diseño el bosquejo de lo que un día será mi casa
Vaticino los sucesos de aquellas paredes mirandose
Arqueandose hacia los testigos oculares
Absortos en agua dulce
en la oscuridad que cobijó el santuario de lo prohibido.
Socavando las tierras inundadas en lagrimas
No miraría las infinitas posibilidades
Que rebotan libres sin algún indicio de parar su movimiento.
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