Cavando en mis entrañas, extraño lo que me subía el ánimo. Nada complace la sed que va acogiendo los minutos más categóricos de mi vida cuando intento desenredar una madeja de hilos que se unieron sin premeditación. Ni siquiera entiendo lo que estoy diciendo. Me da vergüenza escribir un par de cosas que no tienen un buen funcionamiento, el mal rendimiento de lo que ven es falla humana. Si lo pensamos con detención todo es defecto humano, entonces quiere decir que haga lo que haga estará incorrecto. Decidí dejarlo así. A medida que fueron pasando los años, sentí como corría agitadamente en círculos esperando que en la siguiente vuelta algo cambiara, a la larga eso se torna asqueroso, girar sobre un mismo eje todo el tiempo provoca nauseas. Crecí en ese lugar mudo carente de alegrías y esfuerzos, tropezando con el afán de ser una pieza rara y reconocida. Muy lejos, muy lejos estoy yendo si trato de acercarme. Me visto sin intención de hacerlo, luego le hablo a una maquina o a una pared que representa el eco de lo que dejo. Todo se irá algún día, pero ese eco permanecerá, se guardará entre las ruinas y chocará entre ellas. Sigo pensando que ese instante vacío de mi ser avanzará por los rincones de mi piel matando las células antes de tiempo, tal vez sea tiempo de morir.
Conversaciones eternas que atesoro golpean con un ritmo en particular, reaparecen y brotan las imágenes que sin querer recuerdo. Los recuerdos agridulces calan más hondo en mí, me dejan la sensación de querer preservarlos como hechos paranormales, me agrada poder traspasar las leyes naturales con un poco de imaginación.
Las horas en que noto tu ausencia se han hecho largas, es como si nunca más fueses a regresar. Me pongo fría y lacrimosa, pero se me pasará cuando tenga la voluntad necesaria para escoger uno de los dos cielos.
Trabajé apresurada y arduamente para alguien leyera alguna de mis estupideces, no creo que la critica haya sido buena, sin embargo, aquella estupidez tenia un sentido oculto y miserable, era un deseo que me negaba a desear incluso en fantasías, nunca renuncio a lo detestable de la realidad, por eso sucede una y otra vez. No puedo desarrollar una historia ni menos terminarla, porque se absorbe en el papel y daña mis ojos cuando quiero dormir.
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