Lodo en tus escombros marchitan su peso
cambiando la configuración dormida.
Nuevo tiempo para traspasar paredes inundadas de mi sangre
que en la fragilidad de mis dedos se marca.
Cuando intento convencerme de que un desierto no tiene vegetación
se oprime sobre mi pecho esa energía de un vacío real,
imponente, arrastrando miles de rocas cercenando mi garganta.
Los recuerdos vienen disfrasados,
vienen cuando el presente ya no se puede sentir.
Lindos afiches de acuerdo a lo que respiro
se imprimen para recordarme que no existe tal vegetación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario