Adivina tu nombre

No pintaste la Monalisa, sólo pintaste mi alma con amor.
Apareció tu genialidad al lograr enamorarme,
no son tus brazos los que no me sueltan, soy yo la que no quiero escapar.
No eres artista y tienes una musa.
No necesito álgebra para calcular que mi amor por ti es infinito.
Todo lo que veo en este cuadro está pensado en nosotros,
la vida, que está hecha con el vibrar de una cuerda.
Es tu mirada la que me tiene mirando a través de una ventana de sentimientos puros,
es ella la que me despega del suelo como si fuera una hoja en otoño
y me lleva hacia donde tus pupilas van, todo a tu ritmo.
Todo se trata de tu ritmo cardíaco al verme,
a tus suspiros que enternecen mi aire,
a tu sonrisa que me eleva como si de repente pudiese volar.
No eres inventor, pero creaste un mundo nuevo para mi,
no preciso en qué momento te convertiste en un científico loco y alteraste el tiempo,
tu presencia lo acelera y tu ausencia conduce al efecto contrario.
No eres músico, pero ya me tienes cantando tu melodía.
Todo el mundo conoce tu nombre, pero yo te conozco,
eres el que me vio a distancia,
el que me trajo a los versos,
el que me devolvió la vida en su sentido más abstracto,
lo eres todo y seremos uno.

Gatos Líquidos

Debajo del mar no estas.
Sobre él ni pensarlo.
No eres agua y me sumerjo en ti,
prefieres tierra y tus moléculas están más unidas
Sin embargo llegas y te amoldas a mi.
Eres un gato líquido rebalsando ternura,
unos cuantos litros de agua viva
servida en mi mesa para no morir de sed
unas cuantas gotas que me convierten en nadadora
mientras te contengo para que no las desperdicies.
Eres agua dulce y clara buscando un lugar seguro.
Gatito líquido no busques más
en un corazón de cristal entrarás.