Soy el tiempo existencialista que vive en el polvo de tu casa, no es fácil apagar la maquinita en estas fases donde se camina por el agua fluyendo creciente. Has apoyado el séptimo arte por el concepto arrebatado de lo que querías en un principio. Ahora lo tienes, el hombre con la chaqueta sencilla que camina por la gran cuidad, algo pintoresco para empezar. Si no hay Dios no existe integridad en tu personaje, ¿el reconocimiento en tal persona puede resumirse al hecho que use sus mismas zapatillas?
Es absurdo vivir preocupado y mucho más tratando de alcanzar algo que no existe, sólo existe lo que está dentro de nosotros mismos. Me es imposible vivir bajo ese concepto equivocado, no me reconosco en nadie, ni en la caricatura representándome. No es la facinación por el negativismo, el negativismo no viene del individuo, sino que viene de la sociedad que lo empuja a él. Retrocediendo y poniendo pausa, aquella historia no es más que un agente activo que deja un rastro en mi, entonces yo contribuyo con mi parte. Escribiendo o gritando, da igual, el hecho es que me puedo esconder en cualquier rincón, Tengo la responsabilidad de actuar sin dañar a nadie, sólo dañaría con gusto a un alérgico que se ahogara con mis ideas. Ignoro los desenlaces, pero sé que el sin sentido me llevará al lado correcto.